Para quienes viajan a Kenya, la única vacuna obligatoria es la de la fiebre amarilla (no requerida para bebés menores de un año), pero es un requisito solo para viajeros procedentes de zonas de alto riesgo, que a grandes rasgos incluyen toda la franja media de África desde la línea subsahariana hasta Angola-Congo-Tanzania, y Suramérica desde el canal de Panamá exceptuando el Cono Sur (ver mapa).

Como advertencia, en una ocasión un funcionario de inmigración keniano con cara de pocos amigos me instó a mostrarle mi certificado de vacunación contra la fiebre amarilla, a pesar de que acababa de aterrizar en Nairobi desde Europa.

Una nota importante: con independencia de los requisitos legales, vacunarse es muy conveniente, ya que de hecho en Kenya puedes contraer la fiebre amarilla. Venir de un país no afectado no te protegerá de la enfermedad si te pica el mosquito portador (esos pobres bichitos no saben que eres europeo).

Más allá de esto, los servicios de sanidad del viajero de la mayoría de los países, incluida España, recomiendan como mínimo vacunarse contra tétanos, difteria, tifus, poliomielitis y hepatitis A y B. Para viajeros de riesgo, por ejemplo cooperantes en barriadas o campos de refugiados, deben añadirse la meningitis meningocócica y el cólera.

Aunque las tasas de prevalencia del VIH han descendido en los últimos años a raíz de las campañas gubernamentales promoviendo el sexo seguro, el sida aún está muy extendido, en particular entre los trabajadores sexuales. Toma precauciones si te complicas en relaciones íntimas.

Para cualquier cuestión relativa a vacunaciones y salud, sigue las indicaciones del Ministerio de Sanidad de España o de tu país si eres latinoamericano. En la web de este ministerio encontrarás la lista de centros de vacunación internacional por provincias y una página de autogeneración de consejos sanitarios y petición de cita previa para dichos centros. Recuerda que debes consultar y vacunarte entre seis y ocho semanas antes de tu viaje.

El paludismo o malaria es una enfermedad grave transmitida por la picadura del mosquito 'Anopheles' infectado por una de las cuatro especies del parásito 'Plasmodium'. El 'Plasmodium falciparum', el más prevalente en África, es también el más letal. Aún no existe vacuna.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la mitad de la población mundial vive en zonas de riesgo, que comprenden 99 países. El África subsahariana es la región más afectada. Cada minuto, un niño africano muere de malaria. En todo el mundo, entre medio millón y un millón de personas murieron por esta enfermedad en 2010.

Son motivos suficientes para estar prevenido, pero no obsesionado. Si solo viajas a Nairobi o a las tierras altas por encima de 2.500 m, tu riesgo es entre bajo y nulo. Por el contrario, si visitas cualquier parque o reserva, estás en área de riesgo (ver mapa).

La OMS publica el siguiente ABCD de la protección contra la malaria para viajeros:

A. Infórmate del riesgo, el periodo de incubación y los síntomas principales.

B. Evita las picaduras de mosquitos, especialmente entre el atardecer y el amanecer.

C. Toma fármacos contra la malaria (quimioprofilaxis) para eliminar la infección si surge.

D. Busca diagnóstico y tratamiento inmediatos si aparece fiebre una semana o más después de entrar en una zona de riesgo, y hasta tres meses después de abandonarla.

En cuanto a la quimioprofilaxis, las recomendaciones varían ligeramente entre las autoridades sanitarias de distintos países, pero existe consenso general en que la cloroquina (Nivaquine™, Resochin™, Aralen™) no basta como quimioprofiláctico contra la malaria para los viajeros a Kenya, ya que la resistencia a este fármaco está extendida. Incluso tomar cloroquina junto con otros medicamentos como el proguanil (Paludrine™), o la combinación de ambos (Savarine™), no se considera seguro.

Las pastillas contra la malaria más indicadas habitualmente para los viajeros a Kenya son atovaquona/proguanil (Malarone™) o doxiciclina (disponible en genérico) o mefloquina (Lariam™). En cuanto al Lariam, se han registrado casos de desórdenes psiquiátricos y neurológicos en pacientes sensibles o con síntomas previos. Si tomas este medicamento, empieza el tratamiento como mínimo dos o tres semanas antes de tu viaje, así podrás comprobar en casa si sufres algún efecto secundario. La profilaxis debe continuarse hasta cuatro semanas después de regresar de la zona de riesgo. Si vives en España, en los centros de vacunación internacional puedes solicitar una cita previa para informarte sobre el tratamiento a seguir.

Además de la quimioprofilaxis antipalúdica, es aconsejable contar con alguna protección contra las picaduras de mosquito entre el atardecer y el amanecer. Vístete con pantalones largos y manga larga y utiliza un repelente de mosquitos que contenga entre un 35 y un 50% de N,N-dietil-m-toluamida (DEET), que ha sido la opción preferida durante más de 50 años. Los repelentes basados en DEET deben reaplicarse cada 4-6 horas. Tanto el Centro para el Control de Enfermedades de EEUU (CDC) como el Centro Nacional y Red de Salud del Viajero del Reino Unido (NaTHNaC) consideran que el DEET es seguro para bebés mayores de dos meses y para mujeres embarazadas y madres lactantes. A pesar de todo, algunos fabricantes pueden recomendar mayores restricciones para su uso.

De acuerdo: el DEET es pegajoso y apesta, funde el plástico y hace que todo lo que comas huela y sepa a DEET. No muy agradable, pero altamente eficaz.

Otros repelentes están basados en dimetilftalato (DMP), que debe utilizarse al menos a una concentración del 40%. Para los niños mayores de 30 meses y menores de 10 años, es aconsejable usar repelentes basados en etilhexanodiol (EHD). Esta sustancia, especialmente efectiva contra los 'Anopheles', debe emplearse a una concentración entre 30 y 50%. Otro compuesto repelente es el N-butil-N-acetil-3-etilaminopropionato (más conocido como 35/35), que se utiliza al 20-30%. Otros repelentes de probada eficacia son el Mosiguard™ (extracto de eucalipto limón, no apto para niños menores de tres años) y el Aután™ (Icaridina/Picaridina/Bayrepel). Los repelentes se administran en loción, crema, aerosol o 'stick'. Sea cual sea tu elección, sigue las instrucciones del fabricante.

Una palabra más sobre repelentes. En ciertos lugares de Kenya y en determinadas épocas del año, otros bichos pueden ser una molestia mayor que los mosquitos, como las moscas tsetsé en el Parque Nacional de Meru. Comprueba que tu repelente es también eficaz contra estos antipáticos animalitos. Incluso las simples moscas pueden ser una tortura en algunos lugares.

Y aún una última palabra sobre repelentes. No confíes en los aparatos electrónicos (por ejemplo, repelentes ultrasónicos) que aseguran ser eficaces contra los mosquitos. No existe ninguna prueba científica que apoye tales proclamas, y muchos los consideran completamente inútiles.

Para mayor seguridad, la mayoría de los lodges proveen mosquiteras en las camas. Se pueden impregnar con insecticidas como los derivados de la piretrina (permetrina o deltametrina). También puedes utilizar insecticidas eléctricos o en aerosol, que algunos lodges proporcionan. Si llevas tu propio insecticida eléctrico, consulta al personal del lodge sobre los horarios de electricidad, ya que los establecimientos sin conexión a la red se alimentan con generadores y suelen apagarlos durante el día y la madrugada. Los insecticidas eléctricos a pilas pueden ser muy útiles, sobre todo si vas de camping.

Es conveniente disponer de un seguro médico que cubra los gastos de transporte en ambulancia, hospitalización y repatriación. Si viajas con un paquete de agencia, deberías obtener un seguro incluido en el precio total de tu viaje. En otro caso deberás contratar un seguro por tu cuenta. Asegúrate de leer todas las estipulaciones: algunas situaciones a las que te verás expuesto en Kenya podrían estar fuera de cobertura por considerarse "prácticas peligrosas".

Quizá te interese conocer el servicio de Flying Doctors para turistas ofrecido por la Fundación Africana para la Investigación Médica (AMREF). El seguro que proporcionan es muy económico (16 dólares por persona y mes) y cubrirá tu evacuación aeromédica a un hospital en caso de emergencia.

En general, el agua corriente no es potable en Kenya salvo en Nairobi y Mombasa. La Compañía de Agua y Alcantarillado de la Ciudad de Nairobi (NCWSC), en su página web, asegura que "el agua de NCWSC es segura para el consumo". Aún así, muchos turistas prefieren ceñirse al agua embotellada, que es la única opción fuera de las dos grandes ciudades.

Si no puedes conseguir agua embotellada, o si quieres recortar gastos de viaje (el precio del agua mineral en Kenya a veces es el de un artículo de lujo), el método de potabilización más seguro es hervir vigorosamente durante un minuto (tres minutos a altitudes mayores de 2.000 m) y dejar enfriar a temperatura ambiente. La desinfección química con yodo o cloro es un clásico entre los viajeros, pero en la actualidad varios organismos de prestigio, como la OMS, el CDC, el NaTHNaC e incluso la Unión Europea, consideran que este procedimiento es inseguro a menos que se combine con otros métodos como la microfiltración, ya que algunos parásitos como 'Cryptosporidium' y 'Giardia' son resistentes a estos productos.

El agua suministrada para el consumo en los lodges es perfectamente segura. Lo mismo se aplica al hielo.

Abstente de bañarte en aguas dulces a no ser que estés absolutamente seguro de que el lugar es apto para el baño. Algunos parásitos acuáticos penetran a través de la piel, como el esquistosoma (también llamado bilharzia, en la imagen), un gusano platelminto que utiliza un caracol de agua dulce como hospedador intermedio y que causa la esquistosomiasis o bilharziasis, la segunda enfermedad parasitaria más devastadora del mundo después de la malaria, según el CDC.

En Kenya, el esquistosoma es prevalente en la cuenca del lago Victoria, en la provincia Oriental y hacia el interior de la franja costera, según el Centro de Medicina Tropical y de Viaje de Kenya. Desconfía de las aguas en apariencia cristalinas, y no te bañes aunque los lugareños lo hagan. Tampoco camines sobre el barro con los pies descalzos o con sandalias. Las piscinas en los lodges son seguras.

Por otra parte, no hay ningún problema con los baños de mar en la costa del Índico, siempre que tomes las mismas precauciones que seguirías en cualquier otro destino de playa.

Como regla general, todos los alimentos y bebidas servidos en los lodges, tented camps, hoteles de calidad y restaurantes de categoría internacional son presuntamente seguros.

Fuera de estos lugares, evita los alimentos crudos como ensaladas, vegetales sin cocinar, carne o pescado poco hechos, zumos y productos lácteos sin pasteurizar.

Recuerda que es preciso cocinar a fondo o hervir para eliminar todos los bichitos de forma eficiente; la congelación puede matar los protozoos, pero no las bacterias ni los virus. Así, los helados solo deben consumirse en lugares fiables, y no pidas hielo en tu bebida a menos que tengas la certeza de que es seguro.

La fruta procedente de fuentes no confiables, como los puestos de la calle o de la carretera, puede consumirse después de lavarla a conciencia en agua limpia y/o pelarla. Cuidado con la comida cocinada de los vendedores callejeros que ha permanecido largo rato a temperatura ambiente, ya que las moscas podrían haberla contaminado.

Además de las pastillas contra la malaria y los repelentes de insectos, tu kit de primeros auxilios debería incluir un termómetro, algunos antisépticos (Betadine™, agua oxigenada y/o alcohol), un antibiótico tipo Augmentine™, un analgésico con paracetamol, ibuprofeno, aspirina, un antiácido, un antidiarreico, solución salina, una pomada para las quemaduras y un remedio para las picaduras de insectos como el After Bite™, además de materiales de cura como vendas, esparadrapo, gasas y algodón.

Los apósitos contra las ampollas (Compeed™) pueden ser imprescindibles si planeas largas caminatas. Añade algunas pastillas contra el mareo si eres propenso, además de tus medicaciones específicas.

La lista de equipaje de safari de Kenyalogy te puede servir de guía para ayudarte a preparar tu botiquín.

Si pese a todas las precauciones te ves en situación de necesitar atención médica, no temas. En Nairobi existen instalaciones y servicios médicos de primera clase.

The Nairobi Hospital (en la imagen) pasa por ser uno de los mejores de toda África. También son destacables The Karen Hospital y el Aga Khan University Hospital. Este último pertenece a una organización internacional sin ánimo de lucro que también posee otro Hospital Aga Khan en Mombasa. El Nairobi Women's Hospital, con cuatro centros, está especializado en ginecología y obstetricia, pero atiende a todos los aspectos de la salud de las mujeres y los niños.

El principal hospital público de referencia del país es el Kenyatta National Hospital, el mayor y más antiguo de Kenya, que acoge la Facultad de Medicina de la Universidad de Nairobi.

No obstante y exceptuando los centros mencionados, el nivel general del sistema sanitario de Kenya es sencillamente devastador. En el resto del país solo hay clínicas modestas y dispensarios, e incluso los hospitales públicos en las ciudades frecuentemente adolecen de falta de personal cualificado y equipos.