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Parques y reservas: Reserva Nacional de Masai Mara

Fauna

Masai Mara es fauna en ebullición. Durante la estación seca entre julio y octubre, cuando los grandes rebaños de herbívoros habitan estas tierras, la concentración de fauna es un espectáculo que no tiene parangón en todo el mundo, evocando lo que debió de ser toda África en tiempos de los 'grandes cazadores blancos'.

Debe entenderse que Masai Mara es sobre todo una reserva para ver mamíferos. Aunque el número de especies de aves supera las 450, su geografía dispersa hace que la observación de pájaros sea más difícil y menos gratificante que en lugares donde la avifauna está más concentrada, como en Samburu o en los grandes santuarios lacustres.

En una reserva tan extensa, es útil saber dónde mirar y cuándo. La segunda cuestión tiene una respuesta más sencilla. El atardecer, y sobre todo el amanecer, son los mejores momentos para observar animales. Especialmente al alba, los mamíferos nocturnos aún están activos, mientras que los diurnos aprovechan estas horas de frescor para desplazarse o acechar a sus presas. Es en estos momentos cuando es posible asistir a una escena de caza, o simplemente contemplar a los grandes felinos moviéndose por la sabana, antes de que el sol caiga a plomo y busquen una sombra donde reposar el resto del día.

Durante las horas centrales del día, el calor excesivo imbuye en la sabana un estado de lasitud que se manifiesta en el comportamiento de la fauna. Los movimientos son lentos, una carrera es un esfuerzo excesivo y a menudo los animales se protegen del calor a la sombra de las acacias. Es por esto que los grupos de las agencias de safaris recorren los parques al amanecer y al atardecer, dejando a los turistas en sus alojamientos el resto del día.

Pero en realidad, las horas de calor son también muy interesantes para observar la vida salvaje. En primer lugar, la escasez de turistas permite disfrutar de los parques en soledad, sin las carreras frenéticas de minivans en busca de leones con los primeros rayos de sol. Además, los únicos animales que se encuentran con mayor dificultad durante las horas de sol son los felinos (que aún pueden avistarse entre la maleza o bajo los árboles). El resto de la fauna permanece visible y, a menos que únicamente estés interesado en el 'reality show' de la caza, disfrutarás de tus recorridos a cualquier hora.

Por si esto no fuera suficiente aliciente, también puedes tener la ocasión de asistir a la caza en pleno día: muchos animales no admiten de buen grado el acoso de los visitantes humanos y se ven obligados a adaptar sus costumbres en consecuencia. Cada vez es más frecuente observar a los guepardos cazando a mediodía, lo que supone un esfuerzo mucho mayor y reduce el rendimiento de sus carreras, pero es el único momento en que estos tímidos y solitarios felinos pueden emprender sus rápidas persecuciones sin la molesta interferencia de los vehículos.

La estacionalidad también merece una mención. Una pregunta frecuente es si durante la estación seca se ven menos animales. Muy al contrario: es la temporada más propicia para la observación de fauna. Muchas especies prefieren ocultarse en la medida de lo posible, bien para atacar o para no ser atacados. Cuando el agua abunda, los animales se recluyen en la espesura, donde cualquier pequeño charco sirve de abrevadero. En la estación seca, las fuentes estacionales de agua desaparecen y los habitantes del bosque y el matorral se ven obligados a congregarse en las charcas permanentes, donde es fácil localizarlos.

Queda una pregunta pendiente, y es dónde buscar animales. Los leones son indiscutiblemente la principal atracción de Masai Mara. Su población aquí es la mayor de Kenya, tan grande que es prácticamente imposible abandonar la reserva sin avistar a muchos de ellos. Se pueden encontrar en cualquier lugar, pero la llanura entre el río Mara y la sierra de Soit Ololol (también llamada Esoit Oloololo o escarpadura de Siria), al oeste de la reserva, es una buena zona para buscarlos, ya que suelen recorrer sus praderas en busca de caza y dormitar bajo sus dispersas acacias durante el día. Detén tu vehículo cada cierto tiempo e inspecciona las sombras de los árboles con tus prismáticos en busca de su característica melena negra. Esta zona es también de una gran belleza escénica, con los árboles de copa plana desvaneciéndose en la calima y dibujados contra las montañas azules en la distancia. Otro lugar frecuentado por los leones es el pantano de Musiara (Musiara Swamps), que en realidad permanece seco gran parte del año.

Los guepardos pueden encontrarse también entre el Mara y Oloololo, así como en el área de Talek, a lo largo de la carretera entre Talek Gate y Sekenani Gate. Las solitarias praderas junto al Sand River también son un buen lugar para avistar a estos bellos animales tumbados a la sombra de una acacia. Otros felinos como servales y caracales también están presentes en Masai Mara, aunque los avistamientos son menos comunes.

Los leopardos abundan en Masai Mara, pero sus costumbres trepadoras y nocturnas los convierten en objetivos difíciles, habitualmente camuflados sobre las ramas altas de las acacias no lejos de los cursos de agua. En Masai Mara hay muchos árboles e infinidad de cauces, por lo que no es fácil divisarlos. Tal vez puedas encontrar sus huellas impresas sobre las orillas arenosas del Mara en la zona norte, fuera de los límites de la reserva. Pero con mayor probabilidad, lo que te revelará la presencia de un leopardo será la visión en la distancia de una docena de vehículos apiñados bajo un árbol.

Las siluetas desgarbadas de las hienas manchadas corretean por la reserva a todas horas y frecuentan las grandes manadas, a la espera de los restos del festín de leones o guepardos. Pero lejos de esta imagen tópica de oportunistas que les ha granjeado la antipatía general -en parte atribuible a Disney-, lo cierto es que las hienas también se ganan el pan, pero habitualmente cazan de noche. No sería atípico que el cadáver que encuentras al alba rodeado por un clan de leones fuera en realidad el de una presa abatida por las hienas durante la noche. Por otra parte, y a pesar su feo aspecto, la observación de la actividad en una hienera es muy entretenida, sobre todo cuando hay cachorros.

Los hipopótamos permanecen sumergidos durante el día en los múltiples remansos del Mara, sobre todo en la zona del Mara Serena Lodge y junto al puente en el límite sur de la reserva. En este último lugar suele tomar el sol una colonia de cocodrilos. Si te sorprende la noche aún en la carretera, lo que no es habitual debido a las limitaciones horarias para la circulación, quizá divises la sombra mastodóntica de un hipopótamo cruzando la carretera con una agilidad de bailarina impropia de su imagen torpona. Por la noche estos animales pastan en las praderas y recorren grandes distancias a golpe de pata, produciendo así la impresión de que surgen en cada charca como si hubiesen caído del cielo con las lluvias.

Los herbívoros pueden avistarse en cualquier lugar de la reserva. Los elefantes se alimentan de las frondes junto a los ríos y se les puede ver en grupos familiares cruzando las llanuras, así como alrededor de los pantanos de Musiara. Los rinocerontes negros son una presa difícil para el fotógrafo, ya que siempre andan a la carrera, escondidos en la espesura para ramonear de los árboles y arbustos, pero es posible observar su silueta lejana recortada contra el matorral sobre una colina en Rhino Ridge. En cuanto a los rinocerontes blancos, el furtivismo ha obligado a translocar algunos de ellos a otros emplazamientos más seguros, como el Parque Nacional de Nairobi.

Los elands, con su fornido aspecto de buey, pueden observarse en las cercanías de los matorrales y en las laderas de las colinas. Ñus, cebras, gacelas de Thomson y Grant, jirafas maasai, alcelafos de Coke o kongonis, impalas, facoqueros y búfalos habitan todas las regiones del parque. Y por supuesto está la gran migración, uno de los principales atractivos de Masai Mara. Puedes leer más sobre ello aquí.

Masai Mara es el hogar de algunas especies de mamíferos poco abundantes en otros parques de Kenya. El topi, un antílope azulado de pelo satinado y aspecto parecido al kongoni, es muy escaso en todo el país salvo aquí. De carácter muy gregario, los topis forman grandes rebaños que suelen contar siempre con un vigía de guardia. Otra especie de distribución limitada es el antílope ruano o hipótrago equino, un voluminoso animal de orgulloso porte y largos cuernos curvados que en Kenya sólo se encuentra en el sector suroccidental de Masai Mara, en la Reserva Nacional de Shimba Hills y en el Parque Nacional de Ruma. Finalmente, el zorro orejudo, un animalito de aspecto simpático y orejas desproporcionadas, es un avistamiento relativamente frecuente, ya que sus madrigueras abultadas son fácilmente identificables.

Con respecto a las aves, las rapaces acaparan el protagonismo con más de 50 especies. Los buitres son omnipresentes, volando en círculos sobre los rebaños acechados por los predadores, o en tierra a una distancia prudente de los leones y su presa fresca, o finalmente hundiendo con deleite sus picos y sus cabezas enteras en las vísceras de la presa, una vez que los leones y después las hienas se han repartido las porciones más suculentas. Los marabús, probablemente las aves más feas del universo, también rondan las fuentes de carroña. Mirando sus rostros desfigurados, cuesta creer que sus plumas fueran antaño un artículo de lujo para damas de alta cuna y bailarinas de alta cama.

Otras aves de presa habituales en las llanuras herbáceas son los secretarios, con su aspecto de funcionarios de manguito y visera -inmortalizados en 'La bruja novata'- paseando con los 'brazos' a la espalda en busca de reptiles. Las grullas coronadas se encuentran cerca de las charcas, así como muchas especies de aves acuáticas migratorias, especialmente durante las lluvias. Las riberas acogen a los preciosos turacos de Schalow y de Ross, a los búhos pescadores de Pel y a las nerviosas bandadas de gallinas de Guinea. Las tierras más secas son el hábitat de cálaos terrestres y avutardas de Jackson y Hartlaub.

 


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